Artículo en los Tiempos
Se nos acaba el mundo…
Ningún tema ha atraído tanto interés y compromiso mundial como los
problemas del medio ambiente, por la realidad insoslayable de que éste
nos pertenece a todos, nos afecta a todos y, por tanto, nos concierne a
todos. El medio ambiente no es más que el conjunto de elementos
abióticos (energía solar, suelo, agua y aire) y bióticos (organismos
vivos, incluyendo al hombre) interrelacionados entre sí, que integran la
delgada capa de la Tierra llamada biosfera, sustento y hogar de los
seres vivos.
La problemática ambiental surge cuando
salen a relucir las insatisfacciones de enfoques temáticos reductores de
las realizaciones científico-técnicas y sociales, las cuales, al
resolver un problema generaban otros. En ocasiones, fue peor el remedio
que la enfermedad. El ejemplo más cercano es el botadero de K´ara K´ara
en Cochabamba. A pesar de que en el 2009 los vecinos de la zona ganaron
la primera Acción Popular, interpuesta contra la Prefectura y Alcaldía
para que no ingrese más basura y deje de funcionar, a la fecha sigue
funcionando y sigue contaminando las aguas subterráneas y superficiales.
Y
se dice esto: “…Si bien la ciencia y la tecnología nos proporcionan
numerosos y positivos beneficios, también traen consigo impactos
negativos, de los cuales algunos son imprevisibles, pero todos ellos
reflejan los valores, perspectivas y visiones de quienes están en
condiciones de tomar decisiones concernientes al conocimiento científico
y tecnológico…” (Cutcliffe, 1990).
En las últimas
décadas se ha producido un incremento del interés por la tecnología y
han proliferado las reflexiones históricas, sociológicas y filosóficas
sobre ella, tomando en cuenta sus fuertes interacciones con la ciencia y
la sociedad.
La sociedad actual tiene una tendencia
a estimular la participación de todos los integrantes del sistema
productivo hacia el tránsito a tecnologías impuestas para el crecimiento
económico individual y de las naciones, en conjunto con el desarrollo
del potencial humano; adquiriendo gran importancia el conocimiento de
tecnologías de avanzada, o sea, del “Conjunto de teorías y de técnicas
que permitan el aprovechamiento práctico del conocimiento científico”,
sin tener en cuenta que la problemática ambiental (polución y
degradación del medio, crisis de recursos naturales, energéticos y de
alimentos), surgió, en las últimas décadas del siglo XX, como una crisis
de la civilización.
Generalmente, la conservación
del medio ambiente y la protección de los recursos naturales se realizan
sobre bases científicas, siempre y cuando exista la voluntad política,
los recursos económicos y las condiciones óptimas en infraestructura y
recursos humanos, para salvaguardar la naturaleza en beneficio de las
actuales y futuras generaciones; aunque los problemas ambientales y
sociales también existen por el propio avance de la ciencia y la técnica
en el mundo industrializado de hoy. Esto pudiese verse como una
contradicción, pero no lo es tanto así, pues con un poco de racionalidad
económica se tendría otro poco de equilibrio ambiental y las
tecnologías estarían en función de recuperar el planeta, y no
destruirlo.
Un cambio oportuno de mentalidad ha
propiciado a escala internacional, pero aún no global, la adopción de
regulaciones, disposiciones, decretos y leyes, así como la aplicación de
la ciencia, la técnica y la tecnología, a favor de un incremento de la
calidad de la vida.
Estamos frente a mutaciones
culturales y sociales que no nos dejan ver con claridad la magnitud de
la importancia de un cambio de actitud y de ser capaces de crear un
nuevo ser: “aquel que quiera dar lo que tiene al que no tiene”.
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