La sociedad civil pide la palabra.


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Medios de Comunicación Frente a Territorios en Resistencia.
¿Quiénes son los responsables de la lucha de clase en nuestro país?

Lo que la experiencia boliviana nos muestra en materia de comunicación[1] y lo que es susceptible de recoger para las luchas de emancipación de nuestros pueblos y desde los lugares más paradisiacos de la exclusión son sus diversos niveles de conciencia, es quizás el haber permitido poner al desnudo algunas raíces de clase del fenómeno comunicativo, que hasta ahora no había recibido la atención suficiente, tanto de parte de los políticos como de los investigadores. A los primeros no les interesa despertar a nuestra gente; ya que les “conviene” tenerlos adormecidos con los mensajes globalizantes, los segundos con los esfuerzos alcanzados hasta ahora no se puede hacer prácticamente nada, porque los mismo se quedan en las bibliotecas y no tienen mayor relevancia.
Creemos que el trabajo de hoy es volver a verificar algo que debería ser tan evidente y tan sencillo como el carácter social de la comunicación[2], (que en los últimos años se perdió, con mayor notoriedad la televisión) puede significar para muchos el regreso al alfabeto. Sin embargo, lo trivial es sólo aparente, puesto que el problema principal (una vez que tengamos la capacidad de reconocer este cambio necesario) no es volver al alfabeto sino el de saber a qué alfabeto volver. Esto quiere decir, que tenemos que escoger los parámetros que permiten definir en qué consiste el carácter de clase de la comunicación en sus diversas modalidades, ya que en nuestra sociedad surgen las divergencias y ambigüedades: para ciertos observadores (receptores) es importante y susceptible de varias interpretaciones y desciframientos, lo que para otros es considerado neutro, objetivo y transparente para otros no (aquí está la parte subjetiva de la comunicación).
El fenómeno comunicativo, que estamos viviendo en Bolivia no es una invención antigua entrecortada o abonada por el adelanto tecnológico. Es ante todo una institución social cuya manifestación se sienta en la sociedad así como los enfrentamientos entre clases que en ella se desenvuelven.[3]
Mirando de forma crítica el manejo de las imágenes que nos muestran los medios de comunicación (en especial la televisión) sentimos que estamos siendo introducidos a ese mundo globalizante[4], donde el color de piel “adecuado”, tamaño o clase; son factores que aparentemente son estéreo tipos ya establecidos en nuestra sociedad, este mundo de la comunicación; que sin lugar a dudas es maravilloso, pero que lamentablemente no tiene espacio para los plebeyos bolivianos que no sólo están hacendados en los barrios periurbanos, sino hasta en las grades metrópolis de nuestro país[5] no tienen espacios laborales en las redes de comunicación.
Los “enfrentamientos entre clases”[6] nos llevan a concebir a la prensa como un agregado de caracteres tipográficos, difícilmente tendríamos que aceptar el concepto de “prensa mundial”, uniforme y socialmente amorfa. Si fuera así, Marshall Mc Luhan[7] podría codearse con Lenin[8], lo que nos remitiría a una historia que se desenvuelve en una taza de leche, sin rupturas sociales en su contexto. Entonces no existe un periodismo genérico, con reglas autónomas, o una estación o puerto donde todos serían bien venidos porque participan de una idea más o menos común. ¿Pero será eso lo que nos quiso decir Mc Luhan? O más bien al dejarnos su sentencia “el medio es el mensaje” se anticipo a visionar que esa “aldea global” fuera comandada por los medios de comunicación y que estos transmitan conceptos para sus receptores con alto grado de esclavismo; dónde el mensaje nos muestra que tenemos que consumir, a qué hora tenemos que hacerlo y además nos indica donde podemos comprarlo[9]. Está forma de manipular es “globalizante” y cada vez mayor y con mejores resultados; ya que ¿quién no tomo alguna vez una Coca Cola? El mensaje escondido nos lleva a sentir que somos parte de una sociedad subjetiva donde todo es felicidad y mejor si se la consume en familia, porque la televisión así lo dijo.
La problemática en los medios de comunicación en Bolivia nos han mostrado que no existe neutralidad en muchas de las categorías que se manejan en el universo de los medios; la comunicación y cultura de masa[10] no son un turril que en el interior podrían ubicarse los contenidos más variados. En otros términos, no basta tener alcance a un diario, una revista o una radio y poner periodistas de izquierda en ellos, para conseguir un instrumento de transformación revolucionaria, ya que el mensaje que sale de allí puede convertirse en un intento más, que escapa del dominio del proletariado; de esa clase trabajadora que se articulo para luchar por la vida misma.
La lucha en nuestro país entre el proletariado y los de la burguesía en los campos ya prefabricados por esta última; la comunicación se lanza contra la comunicación en una carrera competitiva que solo puede llegar a plantear que el “convencimiento mercantil”[11] puede sustituir la conciencia real y concreta de los fenómenos sociales. La burguesía y el imperialismo nos han impuesto formas de comunicación que corresponden a un modo de producir cultura y, en última instancia, a un modo de producción de toda la vida humana.
Volviendo a Lenin: el sostenía principalmente que la prensa revolucionaria debería discernir sobre el nivel de conciencia de sus lectores y en esa medida recomendaba diversas formas de comunicación según este criterio. (El mismo mensaje llega a todos, pero no todos entienden de la misma forma, tal vez los medios alternativos vuelvan al escenario de formación, para aplicar el artículo 1 de la CPE que nos habla del derecho plurinacional comunitario). El medio revolucionario para un cambio social ahora se construye con la revisión, elaboración y sacados al aire de contenidos de los diferentes programas radiales, televisivos; donde se haga hincapié a la parte ideológica que se tiene o la que se quiere conseguir, sin poner mucha atención a la música; ya que está no tiene fronteras, y en este siglo es un suicidio pensar, que a través de la música se quiera cambiar estructuras comandas por el capitalismo[12].
Ahora la Burguesía incrustada en la comunicación ha retenido de Lenin sólo su recomendación de hacer de esta un órgano de agitación y de organización colectiva; lo que constituye una lucha de clase, ya que cualquier ilusión respecto de un receptor (el escucha) que se despoja de su condición de clase y se diluye dentro de la “opinión pública”, creyendo sacar ventaja de algunos productos o mensajes a favor de un grupo minoritario, es algo que no tendrá un buen surgidero para ese provecho. Lo que tendríamos que hacer es que la clase plebeya, proletaria, marginada, etc., sea no solo consumidor sino que el receptor organizado (el escucha) pase también a ser emisor de su propio acontecer, lo que generaría un cambio en los conceptos más conservadores de la comunicación, donde sólo se ve a los destinatarios de los mensajes, en cifras[13] que agranda el “ego” de la burguesía comunicacional.
La dominación burgués, que está en los medios de comunicación que se ha ido formando a lo largo de los últimos años adormece a la gran mayoría de la gente que utiliza y que vive en ese mundo subjetivo paradisiaco (donde todo lo que se muestra va a la condenación del ser humano si no se consume lo que nos dicen) que le confunde, ya que es absorbido por la clase dominante que conservo sus medios de comunicación, que hace la lucha ideológica de carácter genuino, ya que dichos medios se ubican en la estrategia “global” de ocultamiento e inversión de la realidad que aplican el capitalismo y por ende la burguesía criolla en Bolivia, vale decir, que nos muestran el rostro del poder ideológico de ese enemigo de clase, desde la comunicación masiva.



[1] Las preguntas que la sociedad se hace acerca de los medios sean modificado radicalmente en los últimos años. Igual se ha modificado la configuración de los actores que se interesan por los medios. Nuevas preguntas, pero también nuevas formulaciones de antiguas preguntas.
[2] La clave no es utilizar o no medios de carácter masivo, sino la concepción de comunicación desde la cual iniciamos o formamos parte de una situación de comunicación. Pero no olvidemos que la comunicación está presente en toda forma de organización humana, se afirma el carácter social de la comunicación; esa necesidad de los seres humanos, hombres y mujeres, por comunicarse. Los medios de difusión masiva pueden desempeñas un papel importante en la difusión de informaciones que permitan mejorar la calidad de vida de la población, cuando se planean y estructuran dentro de un proyecto educativo y los mensajes parten de un diagnostico serio de comunicación. “La participación política de parte de segmentos de la sociedad anteriormente excluidos es un elemento central de la democratización” (Kunczik 1992).
[3] Eso nos muestra la urgente necesidad de crear una Ley de Medios de Comunicación, ya que uno de los problemas que obstaculiza el desarrollo nacional boliviano es, precisamente la falta de vigencia coherente de sus leyes y procedimientos. Es cierto que el país en muchos casos no cuenta con un ordenamiento jurídico moderno y de orientación progresista, porque sus débiles estructuras sociales, políticas y económicas no permiten garantizar su aplicación.
[4] Desde el año 2000, la experiencia boliviana de la globalización se destaca por la resistencia popular en contra de sus políticas. Ola tras ola de protestas populares, cientos de miles de personas de todas las clases sociales han salido a las calles a gritar su descontento. En 2005 se llevo dicho descontento a las urnas para elegir al primer presidente Indígena en la historia de Bolivia, Evo Morales, uno de nuestros líderes que le debe a toda la zona sur de Cochabamba su llegada a la silla presidencial.
[5] Las grandes metrópolis son consideradas en Bolivia los departamentos de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba.
[6] Los enfrentamientos de clase en Bolivia siempre existió, solo que ahora nos parece que aumento porque nos enteramos de los mismos en los medios de comunicación, con alto grado de polémica y amarillismo. Estos enfrentamientos fueron transmitidos en vivo por canales de televisión como una gran conquista periodística, que mas al contrario solo sirvió para crear una línea más marcada en esta lucha constante de sobreviveancia de los plebeyos incrustados en nuestros barrios, con un alto grado de exclusión. El ejemplo de este método de conquista en los medios de comunicación empezó con mayor énfasis el 2007 en Cochabamba, cuando la gente de la zona norte salió a defender la ciudad de los que por muchos años fueron relegados del desarrollo, solo por vivir en los barrios periurbanos y provincias. Otra forma de demostración en su habilidad periodística de los medios de comunicación fueron los hechos ocurridos en Santa Cruz, Sucre, Pando, Tarija donde la irracionalidad y el racismo llegaron a su máxima expresión.
[7] Herbert Marshall McLuhan (21 de julio de 1911 – 31 de diciembre de 1980) fue un educador, filósofo y estudioso canadiense. Profesor de literatura inglesa, crítica literaria y teoría de la comunicación, McLuhan es reverenciado como uno de los fundadores de los estudios sobre los medios, y ha pasado a la posteridad como uno de los grandes visionarios de la presente y futura sociedad de la información. Durante el final de los años 60 y principios de los 70, McLuhan acuñó el término “aldea global” para describir la interconexión humana a escala global generada por los medios electrónicos de comunicación. Es famosa su sentencia "el medio es el mensaje".
[8] Vladimir Ilich Lenin (Rusia, abril de 1870 – Gorki, enero de 1924), y comúnmente conocido como V. I. Lenin o simplemente Lenin, fue un revolucionario ruso, líder bolchevique, político comunista, principal líder de la Revolución de octubre y primer presidente de la Unión Soviética.
[9] Se tropieza con el hecho de que el poder político, con demasiada frecuencia, tiende a controlar los medios públicos y privados para satisfacer sus intereses privados y particulares, por constituirse en un factor ideológico político, que pasa por el económico; y es necesario el ajuste al ideal “del deber ser de los medios de comunicación” pero pareciera un sueño. En este sentido, las transgresiones a los derechos a la libertad de prensa, intimidad, privacidad y al honor, frente a los medios pareciera que se produce por la falta de educación y formación de quienes laboran en los medios, pese a tener algunos anunciados legales que encontramos en la Constitución Política del Estado boliviano, también en las Leyes Civiles, Penales, de Imprenta, Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero estas no están aglutinadas ni sistematizadas en una Ley. Por la multiplicidad de medios de los que hoy disponemos, existe la necesidad de resaltar que somos parte de los procesos de comunicación, la transnacionalización de la comunicación. La información y la falta de concepción acerca de la “libertad de expresión” en el sentido que la entiendan los grandes empresarios, que no se refiere solo a los medios de comunicación social, sino a todo a ese gigantesco panorama que nos ofrece la tecnología, los bancos de datos, los satélites, etc.
[10] La comunicación de masas puede influir tanto positivamente como negativamente en la percepción de la gente. Cuando los conductos oficiales no proporcionan información sobre riesgos, ejemplo: para la salud, los medios de comunicación la encontraran en otra parte y sus artículos pueden generar ansiedad o acrecentarla.
[11] El progreso en los medios de comunicación es el destello más brillante del progreso de la ciencia en sus aplicaciones prácticas. Aunque en términos generales estamos satisfechos de las facilidades que ofrecen los adelantos en los medios de comunicación, hay que admitir que existen aún medidas que pueden considerarse como obstáculos para el libre desarrollo del comercio, por ejemplo, el cobro de minutos en las conversaciones (vía telefónica), esto es considerar cada cifra como una palabra, etc.
[12] Para los Estados Unidos, el desarrollo latinoamericano dentro de ciertas pautas de dependencia extrema coincide con sus intereses estratégicos dentro del cuadro de la política mundial, las cuales tienen y deben apreciarse dentro del marco general de existencia o coexistencia del capitalismo en el mundo. El capitalismo monopolista de Estado “ha pasado a ser una forma normal de existencia del capitalismo desarrollado y en el que el crecimiento ha ido resultando la expresión de una estrategia global.
[13] Se sabe que los índices de audiencia (rating) miden lo que la gente ve, dentro de un marco conocido de opciones, pero no miden cómo y qué atención están presenciando los programas. Esto nos muestra que los diferentes programas de radio y televisión fueron creados para mantenernos como entes a-críticos al entorno que nos rodea.

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