Las actitudes estratégicas en la Emergencia Nacional de Salud


Por:  Cnl. Julio César Maldonado Leoni

Sin lugar a dudas, la declaratoria de la Emergencia Nacional de Salud está enmarcada en la Ley 602 de Gestión de Riesgos, en estricto apego al artículo 39  (Declaratoria de  situaciones de desastres  y/o  emergencias);  tiene una  sólida  sostenibilidad  con  los  alcances  de  los  artículos 32 (Modificaciones presupuestarias) y 33 (Contratación de bienes y servicios) para el apoyo logístico; con un horizonte máximo de nueve meses de temporalidad, conforme el artículo 34, parágrafo I (Vigencia del régimen de excepción en situaciones de desastres y/o emergencias); para hacer frente al tipo de amenaza biológica establecida en el artículo 36, inciso e (Tipos de amenazas); con una amplia  aplicación  del  régimen  normativo  de  excepción,  conforme  el  artículo  40,  parágrafo  III (Implicaciones  de  la  declaratoria  de  situaciones  de  desastre  y/o  emergencia);  pero  lo  más importante, es que se cuenta con el valioso recurso del Sistema Integrado de Información y Alerta para la Gestión del Riesgo de Desastres, establecido en el Título V con los artículos 42, 43, 44, 45, 46 y 47 (Sistemas de información y alerta).  De esta forma, se cuentan con grandes fortalezas para lograr la victoria en esta lucha contra el virus  SARS-CoV-2,  que  provoca  el  Síndrome  Respiratorio  Agudo  Severo,  con  la  pandemia COVID-19 conocida como la peste china.
En este contexto, con el único animo de interactuar  las actuales formas de empleo del Poder Nacional, con los criterios que nos brinda la Estrategia, de buena fe y de manera propositiva, sobre todo, coadyuvar en la protección del Centro de Gravedad de nuestro esfuerzo nacional – que es la vida,  la salud y el bienestar de  la población boliviana  - en esta cruzada de  lucha contra el mortal virus, pongo en consideración, las siguientes actitudes estratégicas de empleo de los medios.
La Dirección Nacional de empleo de los medios tiene dos opciones para asumir una actitud estratégica: La actitud defensiva o la actitud ofensiva. La actitud defensiva normalmente se adopta en el inicio de cualquier campaña u operación, se caracteriza por  la aplicación de medidas defensivas pasivas y medidas defensivas activas.
Entre las medidas defensivas pasivas que se han adoptado están: La suspensión de clases en todos los  centros  educativos,  la  interrupción  de  las  actividades  laborales  en  todos  los  sectores;  la declaración de la cuarentena, el uso de equipos de bioseguridad, puesta en vigencia de  protocolos para proteger a la población de contagios, la limitación a lo mínimo necesario de todo movimiento del tráfico aéreo y terrestre, restricción del movimiento de personas, la prohibición de todo evento de concentración de masas, el cierre de fronteras, éstos entre otros. 
Entre  las medidas defensivas activas están: La habilitación de  laboratorios de detección del virus, el establecimiento de centros de confinamiento para los casos sospechosos, la determinación de centros hospitalarios para el tratamiento de casos confirmados, las medidas adoptadas para los casos de fallecimiento, el control de movimiento de personas y tráfico de vehículos, el control en fronteras,  la  ejecución  de  campañas  sostenidas  de  fumigación  de  áreas,  el  uso  de  cámaras  de desinfección de personas, campañas masivas de educación sobre los cuidados y consecuencias de la  pandemia,  agenda  comunicacional  con  la  designación  del  vocero  oficial  para  mantener informada a la población, a lo que se agrega la realización de los test de detección de presencia del virus.
Con  la  actitud  defensiva  se  espera  detener  la  escalada  del  conflicto  provocada  por  la pandemia,  lo que significa alcanzar  la victoria en  la primera fase defensiva de  la campaña. Los indicadores  de  esta  situación,  en  caso  de  ser  favorable,  son  las  estadísticas  de  inexistencia  de aumento  de  casos  nuevos  de  contagiados  o  por  lo menos  su  reducción,  el  aumento  de  casos recuperados y cero fallecidos. De darse esos indicadores favorables, o si son desfavorables, en cualquiera de las opciones, se debe cambiar de actitud, pasar a la ofensiva, iniciando la segunda fase ofensiva de la campaña. De  no  ser  favorables  los  resultados  de  los  indicadores,  se  asume  una  actitud  ofensiva  que acompaña a las nuevas medidas de  la actitud defensiva a tomar, es decir, una combinación, con una actitud defensiva-ofensiva, en  la que, aún es  fuerte  la actitud defensiva, conjugada con  la actitud ofensiva. El Propósito Estratégico sigue siendo detener la escala del conflicto.
De ser favorables los resultados de los indicadores, se continua con la actitud defensiva y se inicia de manera decidida  la actitud ofensiva; también es una combinación de actitudes, pero de carácter ofensivo-defensiva. El Propósito Estratégico es lograr la desescalada del conflicto.
De todos modos, las medidas que se adoptan en una actitud ofensiva son de mayor envergadura por la reconstrucción de la salud de la población, entre ellas están: El tratamiento directo de los afectados, al tratamiento preventivo de la población para evitar mayores contagios, la organización de  brigadas  de  salud móviles  de  tratamiento  preventivo  y  búsqueda  del  virus  (mas  allá  de  la realización  de  los  test,  se  realizan  exámenes  más  detallados),  las  brigadas  de  salud  fijas  de recuperación de afectados. Se  recurren a  laboratorios  fijos y móviles de análisis y detección de casos de forma masiva, no selectiva, haciendo censos por barrios y zonas.
La actitud ofensiva toma acciones directas con los científicos y los académicos, de acuerdo a sus especialidades, particularmente con  los biólogos,  farmacéuticos, bioquímicos y otros, para investigar sobre métodos de tratamiento y  la búsqueda de una vacuna propia. Afirmo y aseguro estas acciones, porque SI SE PUEDE, tenemos profesionales calificados e  idóneos para realizar este  tipo  de  investigaciones,  que  no  son  reconocidos  ni motivados,  precisamente  por  falta  de políticas de Estado que fomenten este tipo de actividades; normalmente se recurre a lo más fácil, la compra de productos del exterior, subestimando a nuestro personal profesional. 
Entre  otras  acciones  ofensivas  en  el  área  de  salud,  están  el  desarrollo  de  la  industria farmacéutica y de equipos de salud, de acuerdo a las necesidades actuales que estamos viviendo. Como producción de medicinas para el  tratamiento del virus SARS-CoV-2,  la producción de la vacuna,  el  fortalecimiento  de  los  sistemas  inmunológicos  de  los  ciudadanos,  producción  de compuestos químicos de desinfección, limpieza y protección, y otros que los especialistas conocen y  que  la  población  necesita.  También  está  la  producción  de  equipos  de  salud,  como  barbijos, guantes,  material  de  bioseguridad,  respiraderos,  hospitales  de  campaña,  equipos  de  terapia intensiva, y otros.
Las acciones ofensivas de transición a un Estado Final Estratégico, son más estructurales y visionarias. Es una apreciación fuera de foco, afirmar que después de asumir una actitud defensiva y ofensiva, la sociedad retorne a la “normalidad”. Esta afirmación es una aberración científica sin fundamento. Porque después de una crisis -  en la actualidad estamos viviendo una crisis de salud, se avecina una crisis social, para finalmente culminar, mínimo, con la recesión económica, como la crisis más liviana que tendremos – el sistema de vida se reconfigura con otros escenarios. La sociedad, no vuelve a las mismas condiciones “normales” vividas antes de la crisis; esta es la faceta positiva de  la pandemia, porque en los hechos, ya dejamos de hacer  lo que antes hacíamos; por ejemplo, pasamos clases virtuales, recibimos información virtual en tiempo real, se llevan a cabo juicios virtuales, dejamos de transitar en vehículos, nos desplazamos a pie, usamos carritos para de mano para transportar nuestras compras, comenzamos a usar las redes para investigar el estado de la economía en el mundo y como nos afectará, respiramos aire más puro, los animales tienen mayor libertad para  transitar por  las ciudades;  las necesidades  de  salud  son otras, diferentes  a  las que teníamos  antes  de  la  pandemia;  surgen  nuevas  competencias,  porque  aprendimos  a  valorar  la VIDA. Así, cambio nuestro estilo de vida. 
Ya  no  hay  un  retorno  al  ayer,  hay  que mirar  creativamente  un  futuro  prometedor,  es  un verdadero Estado Final Estratégico diferente al estado inicial antes de la Emergencia Nacional de Salud; caso contrario, habría un retroceso fatídico. Los  principales  retos  serán  para  el  Sistema  Educativo  del  Estado.  A  él  van  nuestros principales  interrogantes  y  bases  para  lograr  un  cambio  positivo.  La  reflexión  partirá  de  una pregunta  ¿El Sistema Educativo  no  solo  de Bolivia,  sino  del mundo,  dio  respuestas  y  creó  las condiciones favorables para enfrentar esta pandemia?  La respuesta la tienes  tú. Las acciones ofensivas a tomar para configurar el nuevo escenario estratégico del país, deben partir de las medidas educativas que hoy debemos asumir … ya, sin perder tiempo. Ese es el Estado Final Estratégico de la actitud defensiva y ofensiva.

Cnl. Julio César Maldonado Leoni
Cel. 72233355
E-mail: jucemale@gmail.com


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