Las Republiquetas del crimen en Bolivia, base para el análisis estratégico
Por: Julio César Maldonado Leoni
La
conformación de los espacios territoriales donde los patriotas lucharon por los
ideales de justicia, libertad e independencia de la corona española,
conformando las Republiquetas en los
años 1809 hasta 1816, período que se presentaron con mucha fuerza y contundencia,
para terminar con una sola, la de Ayopaya, que llegó a la emancipación del Alto
Perú en 1825, formando una República independiente, no solo de la península
ibérica, sino también de la Gran Colombia (1819) y de las Provincias Unidas del
Río de La Plata (1816).
A diferencia
del pasado, hoy cierne a la Bolivia del Bicentenario de la Independencia, la
amenaza de una especie de “republiquetas”
del crimen organizado y de la ideología socialista del siglo XXI,
combinados hábilmente con la tradicional teoría de la toma del poder y lucha de clases, esta vez, conjugando con actividades
ilícitas del crimen organizado y la
organización política e ideológica del sector radical de un partido
político, que a lo largo de catorce años, ha montado una estructura de poder,
muy similar a la que los españoles montaron durante tres siglos para dominar y
explotar a los nativos de la colonia hispano americana.
Solo que la
forma de dominar y explotar es diferente en sus causas y propósitos, en el
pasado la riqueza de Charcas sirvió para sostener el Imperio Español en la
Europa de entonces; en cambio hoy, las riquezas de Bolivia, la patria amada,
intentan que sirva para sostener el imperio
del crimen organizado, aprovechando la ubicación geopolítica y
geoestratégica que tiene el país en la región Latino Americana.
También muy
similar al pasado cercano, cuando el año 1967 con las Guerrillas de Ñancahuazu,
delincuentes subversivos pretendieron apoyarse geopolíticamente en el país para
irradiar la ideología del comunismo,
previa la toma del poder político por las armas, con todo un aparato montado
con el apoyo de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) de
tendencia estalinista y de la China maoísta de esa época.
Hoy la
delincuencia del crimen pretende hacer lo mismo, recurriendo a instrumentos
políticos que tienen nexos profundos con el crimen organizado transnacional, incluso con la participación de
corporaciones internacionales reconocidas como el Estado Profundo, conformado por redes de grupos de poder encubiertos;
todos ellos, como reales expresiones del mal y el delito.
Así se llegó
a conformar la primera “republiqueta del crimen organizado” en el trópico cochabambino en las provincias
Chapare, Tiraque y Carrasco (cuando se hace referencias a provincias y lugares,
no se pretende involucrar a la población, ella está al margen de este análisis
por el respeto que se merecen; el término “republiqueta del crimen”es
esencialmente de carácter territorial), cuyo actual estado de organización
socio política y económica, es de conocimiento de la opinión pública nacional e
internacional.
Luego, fue la
conformación de la “republiqueta del crimen organizado” del oriente, con sus satélites en Yapacaní en la provincia Ichilo,
Montero en la provincia Obispo Santisteban y la provincia Warnes, con prácticas
ilícitas diferentes a las del trópico cochabambino; esta republiqueta está ubicada
en el centro de poder económico de Bolivia, la región con la mayor fuerza de
progreso y desarrollo socio económico, como es Santa Cruz.
A esta
configuración geográfica se añade la “republiqueta del crimen organizado” de El Alto, un territorio de valor
geopolítico por su cercanía e influencia con el principal centro del poder
político y legal que es La Paz, lugar donde se concentra y se centraliza toda
la actividad política del país, cuya paralización, significaría parar el
cerebro político del Poder Nacional, aparentaría cortar las venas y arterias
del Estado Boliviano.
En esta
descripción de territorios ilegales del
mal y que son censurables, no se puede dejar de mencionar a núcleos
territoriales que funcionan como satélites del poder subterráneo. Entre ellos
están:
En Oruro, la
zona de los Cacachacas, un lugar
estratégico que no permite el ingreso de fuerzas legales, goza de una infraestructura
tecnológica muy avanzada para proteger sus actividades ilegales.
En Tarija,
las zonas de Yacuiba y Bermejo,
satélites utilizados como puntos de apoyo para su proyección internacional. Satélites
geográficos conjugados con la Argentina, por la actual coyuntura, dada por la
residencia de los cerebros de este sistema político-ideológico del crimen
organizado, quienes después de residir en México, se asentaron en Buenos Aires,
más todavía, pretendían alojarse en Salta, para estar más cerca de Bolivia.
En Pando y
Beni, lugares como Bolpebra y Cobija
en Pando; Riberalta, Guayaramerín y
Santa Ana en Beni, se convierten en plataformas de proyección aérea de la
actividad ilícita, para llegar a mercados de mayor presencia del crimen
organizado del Brasil y Europa.
De esta
forma, contar con una radiografía geográfica permitirá realizar los análisis
estratégicos, teniendo en cuenta los recursos de los elementos de la Estrategia: Fines, Formas y Medios para el empleo
del Poder Nacional; recurriendo también a los factores de la Estrategia: Tiempo y Espacio, para tener una clara
visión de la realidad nacional y sus conexiones con la realidad internacional;
y la Concepción Estratégica Nacional,
para que de manera holística y con
pensamiento complejo e interdisciplinario, se tomen decisiones del nivel
estratégico con soluciones estructurales, antes de peregrinar con soluciones
simples, unilaterales o concentradas en una sola región geográfica, propios del
razonamiento lineal que se deben descartar y recurrir al razonamiento paralelo y lateral en un mundo complejo e
interdisciplinario.
Cnl.
Julio César Maldonado Leoni
Cel.
72233355
E-mail: jucemale@gmail.com
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